El valor numérico de esta razón, que se simboliza normalmente con la letra griega "fi" es:
La fama que tiene de estético le viene dada por el rectángulo áureo cuya altura y anchura están en la proporción:
De hecho, la mayoría de los rectángulos que encontramos en nuestra vida cumplen esa condición áurea: D.N.I, un libro, el carnet de la universidad, incluso la fachada de muchos edificios.
La razón áurea también podemos encontrarla en otras figuras geométricas, por ejemplo el pentágono regular, en el que la razón entre la diagonal y el lado cumple la divina proporción, pero lo que quizás nos pueda resultar más curioso es la presencia de la razón áurea en la naturaleza, ya sea en la espiral de una caracola o en la de un girasol.
También en el cuerpos humano encontramos proporciones cercanas a la razón áurea, como puede verse comparando la altura total de una persona con la que hay hasta su ombligo.
Te sugerimos que te tomes estas dos medidas y compruebes si tu altura hasta la cabeza, dividida por tu altura hasta el ombligo se aproxima a 1,61…
Quizás tienes un "cuerpo de proporción divina".
Quizás tienes un "cuerpo de proporción divina".
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